Conducir una moto requiere de diferentes destrezas a conducir un coche; sin embargo, las normas de la carretera se aplican de igual forma a cada conductor. Una combinación de educación consistente en relación con las normas de tráfico y el sentido común pueden ir de la mano para ayudar a reducir la cantidad de muertes involucradas en los accidentes de moto cada año.
Sigue estos consejos para una conducción segura:
Siempre lleva un casco con protector facial o gafas de protección.
Llevar un casco es la mejor manera de protegernos contra las heridas graves que se puedan producir en la cabeza. Un conductor de moto que no lleva casco es cinco veces más propenso a sufrir una herida crítica en el cráneo.
Lleva un equipo de protección adecuado.
Asegúrate de que llevas un equipo de protección y ropa que minimice la cantidad de heridas en caso de accidente o derrape. Llevar ropa de cuero, botas con suelas antideslizantes y guantes puede proteger tu cuerpo de heridas y golpes fuertes. Considera también añadir cinta reflectante a tu ropa para facilitar que otros conductores te vean.
Respeta las señales y normas de tráfico.
Obedece el límite de velocidad; cuanto más deprisa vayas, más tiempo te costará frenar. Estate al tanto de las normas de tráfico locales y de las de carretera.
Conduce de manera defensiva.
No des por hecho que los demás conductores pueden verte, cerca de dos de cada tres accidentes de moto son causados por un conductor que viola las preferencias de paso. Siempre debes conducir con las luces encendidas; quédate fuera del punto ciego o ángulo muerto; señala tus movimientos y cambios de dirección con antelación y estate pendiente de los giros de los demás vehículos.
Mantén tus habilidades en la conducción mediante la educación vial.
Completa un programa de educación vial, aprueba el examen y toma clases de conducir de vez en cuando con el objetivo de desarrollar técnicas de conducción y mejorar tu orientación.
Mantente despierto y conduce sobrio.
No bebas si vas a conducir después, podrías causarte daño a ti mismo y a los demás. Además, la fatiga y la somnolencia pueden alterar tu capacidad de reacción, por ello asegúrate de que estás suficientemente descansado antes de lanzarte a la carretera.
Prepárate para la conducción.
Asegurarse de que tu moto es adecuada para la carretera es tan importante como conducir con precaución. Si algo va mal con tu moto, más vale que encuentres la manera de solucionar el problema antes de echarte a la carretera. Para asegurarse de que tu moto esté en perfectas condiciones, necesitas revisar lo siguiente:
Las llantas y goma de los neumáticos: Revisa si hay alguna grieta o bulto en las bandas de rodadura (la baja presión o algún defecto podrían causar un pinchazo).
Debajo de la moto: Busca signos de fuga de aceite o gas.
Las luces delanteras, las traseras y las señales: Prueba ambas luces, la de corto y la de largo alcance (asegúrate de que todas las luces funcionan correctamente).
Fluidos hidráulico y refrigerante: Los niveles deben revisarse semanalmente.
Una vez que te hayas montado en la moto, comprueba lo siguiente:
El embrague y el acelerador: Asegúrate de que ambos funcionan con suavidad, soltura y sin contratiempos (el acelerador debe volver a su posición inicial una vez sido soltado).
Espejos: Limpia y ajusta todos los espejos para asegurar un mejor enfoque y visión.
Los frenos: Prueba los frenos delantero y trasero (cada uno debe notarse firme y sostener la moto cuando está pisados a fondo).
El claxon: Comprueba que funcione correctamente.
Si aplicas estos simples consejos las posibilidades de que puedas terminar probando el asfalto se reducen notablemente. Recuerda que cuando vas sobre una moto, el parachoques eres tú mismo. No te la juegues.